Desmemorias y desbalances
Imposible olvidar la muerte (Mieux vaut L’oubli, 1962)
Autor: Mario Ropp
Colección: Cobalto nº65
Edita: Malinca, Buenos Aires, 1962
Es un gran problema perder la memoria. Pero peor es recuperar la memoria y descubrir que eres un antiguo colaboracionista nazi acusado del homicidio de tu patrón. Como le pasa a Willi Schultz. Un tipo rudo pero mas bien noble que se ve metido en una típica trampa de género negro, femme fatale inclusive.
Tal vez lo más interesante de esta novela francesa sea el tono soterradamente gay en la relación entre Willi y Francis, el joven pintor que le da cobijo en su casa de campo mientras trata de recordar quien es y cómo se metió en el balurdo. O al menos eso me pareció a mi. Es que la verdad el pintor parece que lo anduviera celando con muchas ganas (aunque obviamente no hay una mínima insinuación en el tema). O a lo mejor es que yo veo cosas que no hay...
Aparentemente este es un típico ejemplo de la novela noir francesa. Me explico: luego de la Segunda Guerra Mundial, los franceses quedaron prendados de algunas de las cosas de la cultura masiva norteamericana, incluyendo el jazz y las novelas policiales. Y se dedicaron con brío a aplaudir ambas cosas y también a tratar de copiarlas fielmente. En el caso de las novelas policiales, editoriales como Fleuve Noir (que fue la editora original de esta novela por cierto) hicieron lo imposible para imitar a la novela policial norteamericana. En este caso, Ropp parece haber leído mucho a Cornell Woolrich, ya que tiene muchos puntos en común con éste: una premisa inesperada, un desarrollo argumental nada del otro mundo y mucha, pero mucha, angustia psicológica de personajes que, de una manera u otra, están fuera de balance con el mundo.
Si les interesa la novela negra psicológica y hallan esta novela, cómprenla sin dudarlo porque les va a gustar.
6 comentarios
roberto -
por icerto que descubri que tenia el disco de odisea burbujas en su ortro blog. que bueno. en argneinta se vio la serie y es verdad que era de lo mejor que he visto de television infantil en años. Y el ecoloco era un genio...
Sr. Mexicant -
Saludos desde Mexico
Siii Seññññorrrr!!!!
roberto -
Alfred -
Por cierto, que buena prueba de la popularidad que probablemente alcanzó por aquellos años el citado William Irish en Francia sería la adaptación de su novela "La novia vestía de negro" que Francois Truffaut dirigió en 1967.
Un saludo.
roberto -
gracias por su comentairo sabio =)
Alfred -
La novela de marras, por cierto, es anterior a esta que usted comenta (se publicó por primera vez en 1957), y también, creo, a la célebre saga de Bourne, escrita por Robert Ludlum y recientemente llevada al cine con Matt Damon como protagonista, o al cómic "XIII", guionizado por Van Hamme, directamente inspirado en la anterior, ambas con premisas similares.
Por cierto, la novela policial siempre estuvo presente, desde su misma invención casi, en la cultura francesa, y así lo atestiguan las obras de Emile Gaboriau, Gaston Leroux o Maurice Leblanc, así como tampoco le han resultado nunca ajenas a la misma las influencias extranjeras, en este terreno (los folletines de misterio de Wilkie Collins en el primer caso, las aventuras de Sherlock Holmes en el segundo y las andanzas de Raffles en el tercero). No sería hasta la aparición del inolvidable comisario Maigret de Georges Simenon, en mi opinión, que aparecería un modelo de novela policial genuinamente francés, y aun así la serie tardaría en adquirir una verdadera personalidad propia, tras unos primeros títulos bastante influidos, a su vez, por la tradición anglosajona.
Sí es cierto que tras la Segunda Guerra Mundial descubrieron la vertiente "dura" del género (el hardboiled de toda la vida, vaya) y se lanzaron entusiasmados a asimilarlo, más que imitarlo (que con el tiempo su particular visión de dicho subgénero también acabaría presentando peculiaridades propias), con Leo Malet y su Nestor Burma a la cabeza (luego llegarían Jean Patrick Manchette, Didier Daenincks, Thierry Jonquet y demás cafres de la novela noir). A verdaderos maestros del género negro norteamericano como Jim Thompson, de hecho, lo valoraron antes en su justa medida allá en Francia que en su país natal (algo así como lo que también sucedería en cine con Hitchcock, vaya).
Todo esto hasta donde yo sé, y con todo el margen posible de error, claro.
Un saludo.
P.D.: Me acordé de usted y su blog el otro día, por cierto, cuando descubrí en cierto centro comercial un libro de Rodolfo Walsh. Si no fuera porque me sobran las lecturas pendientes, aquí en casa, me lo habría traido. Tarde o temprano caerá, no obstante.